Sin disciplina, es imposible tener éxito
Quien es disciplinado, consigue lo que se propone.
" No existen grandes logros, sin antes haber pasado por grandes esfuerzos"
Como les
dije en el post anterior, vamos a ir paso a paso aprendiendo el cómo, podemos conseguir
avanzar en nuestras vidas, tanto si tienes inquietudes de emprendimiento, como
si no, y lo único que te interesa es
cumplir tus metas personales.
Hoy quiero
hablarles de lo que significa para nosotros tener disciplina, este es un tema de suma
importancia y quiero compartirlo desde mi punto de vista personal, ya que es
uno de los aspectos que más me ha costado y que aún me sigue costando.
Partamos de
la base que ser disciplinado es muy difícil, porque obviamente es más fácil:
- Dormir
tarde, que llegar a tiempo
- No leer,
que aprender
- Prender la
televisión, que apagarla
- Es más fácil
hacer lo que se espera de nosotros y no esforzarnos un poco más, para dar lo
mejor en cada momento.
En
definitiva nos es más fácil, meter la
cabeza entre la tierra como el avestruz, que hacerle frente a la vida y a
nuestras responsabilidades.
El sistema
de vida está diseñado de tal forma que las cosas fáciles, sean menos lucrativas
y menos enriquecedoras en otros aspectos distintos al económico.
La vida es
una constante batalla, que ocurre en nuestro interior, entre querer salir adelante
sin el más mínimo esfuerzo y el entender que sin esfuerzo y sin disciplina no
llegaremos a ninguna parte.
En un post
anterior les decía que todo en la vida tiene un precio y uno de los más
costosos de cumplir es el de la disciplina, pero también es cierto que cuando
hacemos de ella un habito es la que más satisfacciones trae a nuestra vida.
Pero hay
promesas bíblicas que vale la pena tener en cuenta, independientemente de si
crees en Dios o no, y estas son:
“De
acuerdo al tamaño de la prueba, será la recompensa”
“Si
somos fieles en lo poco, seremos colocados sobre lo mucho” (la biblia)
Por lo tanto
vale la pena escoger vivir la vida de disciplina, porque las recompensas
futuras valen el precio que se pague por ellas. Y dejar atrás la vida de facilidad porque esta solo nos
dejara pesares y frustración de lo que pudo ser y por nuestra negligencia jamás
llego a concretarse.
Lo que si
debemos tener claro es que si decidimos, por nuestro propio bien, tomar el
camino de la disciplina, este deber ser constante y en todo lo que hagamos.
La
disciplina debe ser una actividad de tiempo completo, debe ser un estilo de
vida, ya que si somos disciplinados en algunas cosas que consideramos
importantes para nosotros y a su vez no le damos la importancia que requieren
las labores cotidianas y en ellas somos indisciplinados, no habrá suficiente
consistencia en nuestro proceder con nuestra decisión de ser disciplinados.
Y nuestro sub consiente va a tomar esto como
una falta de seriedad, que terminara por sabotear nuestro compromiso con
nosotros mismos ya que la disciplina más valiosa es la auto impuesta porque en
ella adquirimos un compromiso personal con nuestros objetivos, teniendo en
cuenta que la disciplina que necesitamos para recoger nuestra habitación es la
misma disciplina que necesitamos para tener éxito.
La
disciplina no debe ser inconstante, debemos entrenar nuestra mente para que
desarrolle la suficiente fuerza de voluntad que nos lleve a cumplir aquellas normas que nosotros mismos
hemos seleccionado para que sean nuestro código diario y personal de conducta,
y el cumplimiento de ellas será lo que permita que podamos conseguir las metas que nos hemos planteado.
De la misma
forma que veremos los frutos positivos, si cumplimos a cabalidad las normas que
nos hemos auto impuesto como nuestra disciplina diaria. Si no las cumplimos vamos
a perder credibilidad ante las personas que nos rodean y ante todo, perderemos credibilidad
ante nosotros mismos por falta de carácter, lo que hará que baje nuestra auto
estima y el concepto que tenemos de nosotros mismos decaerá, lo que nos hace perder
energía y el rumbo correcto, haciendo que estemos como una veleta a la deriva ,
yendo a donde el viento nos quiera llevar, de un lugar a otro cambiando, de
ideas o cambiando los procesos lo que ya
habíamos creado, alejándonos cada vez más de la meta propuesta, dejando a la
mitad una cantidad de tareas que debíamos realizar.
Todo lo
valioso requiere tiempo, cuidado y atención, porque es como la ley de la
siembra y la cosecha, que dice:
“Lo que
coseches eso mismo segaras” trayéndolo e
este caso sería:
“Por cada
esfuerzo disciplinado, obtendrás muchas recompensas”
y podrás subir la escalera del éxito.
Una vida
indisciplinada trae confusión a nuestra vida y falta de propósito.
No puedo
pretender poner en orden mi empresa o mi vida si no soy capaz de poner en orden
ni siquiera mi propio armario, yo tengo que ser ejemplo para otros, porque no
puedo exigirles a otros que hagan algo que yo no soy capaz de hacer, que
cumplan algo que yo incumplo, porque mis actos deben ser consecuentes con mis palabras.
Para adquirir
el hábito de la disciplina puedes empezar con cosas muy sencillas como por
ejemplo, hacer la cama según te levantas en la mañana, recoger los platos
cuando terminas de comer, leer unas 10 páginas al día del tema que más te
interese, ser atento con las personas que forman parte de tu vida, etc.
Si logras
hacer de estas pequeñas tareas un hábito, estarás listo para ir por hábitos más
ambiciosos, y que te acerquen más hacia donde tú has fijado tu mirada o tus
metas.
Sé que esto
no es fácil, yo misma vivo en una lucha constante, porque anhelo con todo mi corazón
adquirir los hábitos necesarios que me ayuden a ser muy disciplinada para
lograr llegar a donde se quiero ir. Por lo pronto les aseguro que en las cosas
que he logrado ser disciplinada ya he visto frutos que me llenan de gozo, de
confianza personal y de la certeza que si invierto más en mí, obtendré más de mí.
Porque al final el tesoro no está fuera de nosotros, sino dentro de nosotros, solo hay que encontrar la llave mágica que lo deje salir, para poder empezar a disfrutarlo.
Porque al final el tesoro no está fuera de nosotros, sino dentro de nosotros, solo hay que encontrar la llave mágica que lo deje salir, para poder empezar a disfrutarlo.